jueves, 2 de agosto de 2012

SCHOPENHAUER



SCHOPENHAUER


Con el conocimiento del manual de Epícteto y su forma de concebir la mejor forma de vida posible entramos a analizar la propuesta que el filósofo alemán Arthur Schopenhauer nos ofrece sobre la felicidad. En ella encontramos similitudes con Epícteto pero su énfasis esta en entender la felicidad como supresión del dolor; en el enquiridión veíamos que el hombre debe reconocer que hay cosas que se escapan de su dominio y que hay otras que puede controlar porque dependen exclusivamente de él; Schopenhauer tiene en cuenta este factor pero va más allá señalando como debe de ser entendida la felicidad y cuáles son los pasos para tratar de alcanzarla. En los dos autores la felicidad es entendida como un ejercicio racional donde el individuo conoce sus límites y alcances, es un conocimiento de sí mismo que requiere una reflexión profunda logrado esto se adquiere un carácter fuerte quien orienta el actuar de un modo menos errado, ante ello dice Schopenhauer de una forma clara y bella; “Porque así como nuestro camino físico sobre la Tierra siempre es tan sólo una línea y no una superficie, si queremos asir y poseer una cosa, debemos dejar a diestra y siniestra incontables otras cosas y renunciar a ellas. Cuando no podemos decidirnos a hacerlo, sino que nos sentimos tentados asir con las manos todo lo que nos apetece al pasar por delante, como los niños en las ferias; entonces se trata de la tendencia errónea de querer extender la línea de nuestra vida a una superficie, pues caminamos en zigzag, deambulando sin rumbo como fuegos fatuos y no alcanzamos propósito alguno. (…) El hombre debe saber lo que quiere, y debe saber lo que puede hacer. Sólo así dará prueba de su carácter, y sólo entonces puede realizar algo con logro.”

Del mismo modo que trabajamos a Epícteto tomaremos algunas reglas del arte de ser feliz de Schopenhauer para trabajar su propuesta. Los datos bibliográficos del autor no se trabajarán para ello se sugiere la siguiente página de Internet: http://es.wikipedia.org/wiki/Arthur_Schopenhauer.

(NOTA:Como la versión de esta obra no está disponible en la Internet en clase se ofrecerán las copias para su lectura.)




EL ARTE DE SER FELIZ


En esta obra encontramos que la felicidad sólo se logra cuando el hombre ha suprimido en su mayoría las fuentes de dolor, y estas son:
-          Fuentes de dolor externas, las que tienen que ver con la enfermedad, el hambre y la vivienda.
-          Fuentes de dolor internas, las que se dan cuando el individuo se hace representaciones en la fantasía de mundos mejores, cargado de placeres y su no obtención desemboca en dolor.
Es por ello que el ser feliz implica  ver el mundo objetivamente, reconociendo los azares de los cuales está plagado y preocuparse solo por aquello que esta es nuestro poder. De ahí que Schopenhauer en la regla número 48 cite a Chamfort quien dice “la felicidad no es cosa fácil. Es muy difícil encontrarla dentro de nosotros mismo, e imposible encontrarla en otra parte.” Por tanto si se posee una noción confusa de lo que es la felicidad es claro que en ningún momento se logrará.

En las notas introductorias de este libro encontramos la justificación del porque Schopenhauer se dio a la tarea de escribir estas reglas que póstumamente fueron recopiladas y publicadas; “precisamente a partir de la convicción pesimista de que la vida de los seres humanos oscila entre dolor y aburrimiento y que, en consecuencia, este mundo no es otra cosa que un valle de lagrimas, Schopenhauer nos invita, en esta situación a servirnos de una herramienta valiosa que nos brinda la madre naturaleza: el don del ingenio humano y la prudencia practica. Se trata por tanto, de encontrar reglas de conducta y de vida que nos ayude a evitar penurias y los golpes del destino, con la esperanza de que si bien la felicidad perfecta es inalcanzable podamos llegar a esa felicidad relativa que consiste en la ausencia de dolor.”

REGLA  I

“Todos hemos nacido en Arcadia, es decir, entramos en el mundo llenos de aspiraciones a la felicidad y el goce y conservamos la insensata esperanza de realizarlas, hasta que el destino nos atrapa rudamente y nos muestra que nada es nuestro, sino que todo es suyo, puesto que no solo tiene un derecho indiscutible sobre todas nuestras posesiones, sino además sobre los brazos y las piernas, los ojos y las orejas hasta sobre la nariz en medio de la cara. Luego viene la experiencia y nos enseña que la felicidad y el goce son puras quimeras que nos muestran una ilusión en las lejanías, mientras que el sufrimiento y el dolor es real, que se manifiestan así mismos inmediatamente sin necesitar la ilusión y la esperanza. Si esta enseñanza trae frutos, entonces cesamos de buscar felicidad y goce y solo procuramos escapar en lo posible al dolor y al sufrimiento.”
Esta regla se pude dividir en tres partes

1-      El conocimiento del poder del destino en el hombre.
2-      La felicidad como una ilusión que desaparece una vez la tenemos en las manos.
3-      El dolor como lo realmente efectivo.
A continuación veremos tres ejemplos en lo que se pude apreciar esto.

1-      Nuestro cuerpo está sometido a las leyes de la naturaleza, y entre ellas está el envejecer, conservar un legado genético de los padres y deteriorarse por golpes; así que es tonto entristecernos por el hecho de no tener un determinado color de piel, una estatura diferente o porque el paso del tiempo  ha dejado huella en el cuerpo. Debemos reconocer estos factores que se escapan de nuestras manos y ser felices con lo que se tiene. 


En esta imagen observamos cuales son los cambios que sufre una niña al envejecer; los cambios en la piel, en el cabello y en la nariz es lo más evidente. A ello se le suma que las fuerzas van disminuyendo a medida que avanza la edad y los órganos empiezan a presentar deficiencias hasta que llega el punto en que la enfermedad lleva al límite el cuerpo y llega la muerte. Esto es algo natural por lo cual es de necios reprochar este proceso; tratar de cambiar aquello que no podemos controlar genera dolor, debemos estar contentos con lo que se tiene y aceptar lo que nos deparó el destino. 


2-      Muchas veces pensamos que con la compra de un artículo seremos felices y su no obtención nos entristece y una vez lo tenemos en las manos la alegría que produce es pasajera dejándonos nuevamente en un estado de ánimo bajo. La ilusión que producía era contraria a la realidad, nuestro pensamiento estaba fijo en la idea de que ello produciría felicidad y esto es una de las herramientas que utilizan los medios de comunicación para vender sus productos Por ello dice el autor “la felicidad y el goce son puras quimeras que nos muestran una ilusión en las lejanías, mientras que el sufrimiento y el dolor es real, que se manifiestan así mismos inmediatamente sin necesitar la ilusión y la esperanza.”

El siguiente video ofrece un producto comestible y a él le añaden un juguete de moda para hacerlo más llamativo. Los niños al ver este comercial si son admiradores de los personajes que vienen incluidos en la “cajita feliz” inmediatamente desearán que sus padres se la compren. La publicidad de McDonald asocia la felicidad con un juguete en específico, restándole importancia a la comida como tal, que en definitiva es lo más importante y  en ningún momento se hace alusión a ella. Hay además una gran diferencia entre los juguetes; para los niños son personajes de acción mientras que para las niñas son juguetes que imitan objetos reales, un celular, una cartera y un reproductor de mp4. Con esta perspectiva de felicidad van muchas personas en el mundo en tienda y tienda comprando la felicidad que tanto desean y que en cada producto nuevo es ofrecida, son niños que no saben lo que significa la felicidad; pero para las grandes industrias es provechoso que ocurra todo de esta forma.



3-      Muchos de nosotros hemos sufrido algún malestar corporal, bien sea gripe, fiebre o algo más complejo; cuando estamos en ese estado todo se convierte en algo más oscuro y complicado, se nos dificulta hacer las tareas e inclusive jugar. La alegría disminuye por completo, no se tienen ánimos para hacer nada, solo pensamos en estar aliviados y tomar los medicamentos necesarios para ello. Este estado no requiere cierta disposición mental, la enfermedad es algo que ocurre por razones externas. Una vez aliviados todo adquiere un color más agradable, las fuerzas están al punto para realizar cualquier tarea. Por ello conservar la salud es uno de los requerimientos para ser feliz y un estado de ella.
El siguiente video habla por sí solo. Con el vemos que la salud, el bienestar, la comida, la vivienda es lo primordial para ser felices. 



REGLA IV

-         " Los bienes que a alguien nunca se le había pasado por la cabeza tener, no los echa en absoluto de menos, sino que está plenamente contento sin ellos. Otro, en cambio, que posee cien veces más que aquél, se siente desgraciado porque le falta una cosa que pretende. También a este respecto cada uno tiene su propio horizonte de lo que a él le es posible alcanzar. Hasta donde se extiende, llegan sus pretensiones. Si un objeto cualquiera dentro de este horizonte se le presenta de tal manera que pueda confiar en obtenerlo, entonces se siente feliz; en cambio es infeliz si surgen dificultades que le privan de la perspectiva de tenerlo."

REGLA VIII

Limitar el propio ámbito de acción: así se da menos prise (Término francés que significa “oportunidad de ataque”) al infortunio; la limitación nos hace felices etc.


El desear muchas cosa lo único que genera es angustia 


Cundo nuestras posibilidades poseen un rango pequeño es absurdo pretender alcanzar algo que se sale de estos límites, así por ejemplo es desatinado que un maestro  le diga a sus   alumnos que deben  comprar una mansión para el día siguiente. Lo mismo ocurre cuando deseamos cosas que se nos imposibilitan conseguir y el no poder obtenerlas nos hace tristes. De ahí que lo mejor es no pretender tener aquello que es imposible de conseguir, sino desear lo que este dentro de nuestro rango, como por ejemplo comprar un libro que nos guste, en algunos casos son baratos. 

REGLA XIII

-          "Cuando estamos alegres, no debemos pedirnos permiso para ello con la reflexión si de a todas luces tenemos motivos de estarlo. No hay nada que tenga una recompensa más segura que la alegría: porque en ella la recompensa y la acción son una y la misma cosa. Quien está alegre, siempre tiene motivo para ello a saber, justamente el de estar alegre. Nada hay que pueda sustituir tan perfectamente como la alegría a cualquier otro bien.  Cuando alguien es rico, joven, bello y famoso, hay que preguntarse además si es alegre para enjuiciar su felicidad; más a la inversa, si es alegre no importa si es joven, viejo, pobre o rico: es feliz. Por ello debemos abrir todas las puestas a la alegría cuando sea que llegue. Porque nunca llega a deshora. En cambio, a menudo tenemos reparos en dejarla entrar, porque primero queremos considerar si realmente tenemos motivos para estar alegres o si eso no nos distraen de nuestras reflexiones serias y preocupaciones profundas.
No hay nada que contribuya menos a la alegría que las circunstancias externas de la fortuna y nada que la favorezca más que la salud. Por eso debemos dar preferencia a esta ante todo lo demás y, en concreto, procurar conservar un alto grado de perfecta salud cuya flor es la alegría. Su adquisición requiere evitar todos los excesos, también todas las emociones intensas o desagradables; también todos los grandes y constantes esfuerzos intelectuales, finalmente dos horas de movimiento rápido al aire libre."

En la siguiente presentación podemos encontrar esta regla con imágenes que ilustran cada momento.


                               http://prezi.com/a7pgjeux26t6/alegria/



REGLA XVIII

-          "En todas las cosas que afectan nuestro bienestar y malestar, nuestras esperanzas y temores, hay que poner riendas a la fantasía. Si nos pintamos en la fantasía posibles sucesos felices y sus consecuencias solo nos hacemos la realidad aún más insoportable, construimos castillos en el aire y después los pagamos caros con la decepción. Pero el pintarse posibles infortunios puede tener consecuencias aún peores: puede convertir a la fantasía como dice Gracián, en nuestros verdugos caseros. Si tomáramos para las fantasías negras un tema muy lejano y los escogiéramos libremente, no podría ser dañino porque el despertar de nuestro sueño sabríamos enseguida que todo era invención y esta tendría una advertencia contra infortunios lejanos pero posibles. Sin embargo, por provechoso que podría ser de estas no suele ocuparse nuestra fantasía; sólo construye ociosamente castillos alegres en el aire. En cambio, cuando alguna desventura ya nos amenaza realmente, a menudo la fantasía se dedica a recrearla pintándola siempre más grande, acercándola más y haciéndola más terrible de lo que es." 


Para comprobar la veracidad de esta regla, se propondrá en clase la compra de  un billete de lotería; así cada alumno tendrán la esperanza de ganárselo, pensara en que cosas puede gastar el dinero, harán planes a futuro, la imaginación se desbordará. Si no pueden comprarlo individualmente se reunirán en grupos para recolectar el dinero necesario para su obtención. Una vez pasado el sorteo se hará una reflexión teniendo en cuenta esta regla.


ACTIVIDADES PROPUESTAS PARA LA APROPIACIÓN DEL CONTENIDO

Haciendo uso de la sus experiencias crearan un texto en el cual describan esos momentos en que han estado tristes y aquellos en los que se han sentido felices señalando las cusas que motivaron tal estado de ánimo. Una vez hecho esto confrontaran sus escritos con lo propuesto por Epícteto y Schopenhauer señalando aquellos puntos en que concuerdan y en los que difieren.

Referencias Bibliográficas

Schopenhauer, A. (1999). El arte de ser feliz. Barcelona: editorial Herder.








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